21 de noviembre de 2015

Anécdotas curiosas como entrenador infantil de vela

3 anécdotas curiosas como entrenador de vela.- 

  1.- Érase una vez una niña que navegaba en la clase Optimist. Esta niña estuvo entrenando conmigo desde los 9 hasta los 14 años. Llegué a conocerla bien como regatista y como persona. Muchos fines de semana los pasaba entrenando conmigo o regateando juntamente con más niños.. No faltaba a los entrenamientos y menos aún a las regatas, prestaba atención a las clases teóricas y le gustaba navegar.


  Cuando ya se hizo mayor, un día me volví a encontrar con ella y me preguntó si recordaba cuando ella entrenaba y me decía que le dolía la cabeza. Le contesté que si, que lo recordaba, que entrenando se le repetía ese dolor de cabeza. Sonriendo me dijo: "era mentira", que cuando era pequeña le daba miedo navegar con viento y se inventó eso para no pasarlo mal.


  Lógicamente cuando me decía que le dolía la cabeza la dejaba descansar, subiéndose en la neumática conmigo y remolcando su Optimist, o se quedaba en su barco para que se le pasara. Nunca pensé que podía ser porque subía el viento.

  En regata llegó a ser la campeona Autonómica femenina de la Comunidad Valenciana y ganando, incluso, a bastantes chicos en las competiciones. Y en su vida personal estudió y acabó medicina. Una excelente persona y regatista.


  2.- Érase una vez un niño que cuando era pequeño le daba miedo el viento cuando subía al Optimist. Este regatista también paso muchos años conmigo navegando en Optimist, en Snipe y en crucero. No llegó a destacar pero era muy constante en los entrenamientos.


  Cuando subía el viento y se asustaba de pequeño en Optimist, se sentaba en la popa del barco y cogia al timón con fuerza entre el brazo y su cuerpo, bajaba la cabeza y ya no navegaba, esperaba a que acabara el entrenamiento o que lo subiera a la neumática. Yo no lo presionaba pues es normal que un niño no se sienta seguro en el barco cuando sube el viento y además, al pesar poco, el viento le hacía escorar o inclinar el barco y esto lo asustaba todavía más. Le enseñaba lo que tenia que hacer con el barco para contrarrestar la fuerza del viento pero le daba igual, él se sentaba, cogía su caña y a esperar acontecimientos.

  De mayor llegó a ser entrenador de vela,  sacó sus estudios de la Marina Mercante, se casó y tiene un hijo. Trabaja actualmente en el mundo de la vela.


  3.- Érase una vez un niño pequeño que empezó a navegar a vela en la clase Cadete con 7 años. Este barco es para navegar dos niños juntos, uno entre 15 a 17 años, y otro pequeño que pese poco como proa, para que el barco navegue rápido sin clavar la proa. Lo bueno que tiene esta diferencia de edad es que los pequeños, que se están iniciando en este deporte, se sienten más seguros al navegar con otro más mayor.


  En una regata en Calpe, el viento subió y navegando con spi volcaron, me acerqué a ellos para ver como lo desvolcaban para luego continuar navegando. En regata si reciben ayuda del monitor los descalifican, tienen que hacer la regata ellos solos. Nosotros nos acercamos para darles seguridad y si tienen algún problema es cuando intervenimos.

  Pero no pudieron  desvolcarlo y les ayudé, cuando este peque se subió al barco y estaba todo controlado, me miró y me dijo: "por favor, no se lo cuentes a mi papá". Le dije que se quedara tranquilo que no se lo contaría y navegamos hacia el puerto.

  El niño se sentía presionado por su padre para navegar, era un niño duro, sin miedo. Este ejemplo es como otros en los que los niños navegan por sus padres y solo con el tiempo sabemos si fue una decisión correcta o no. Algunos acaban dejando de navegar. Pero, en este caso, este marinero siguió navegando y actualmente está trabajando como entrenador y es un regatista reconocido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario